segunda-feira, 19 de julho de 2010

"La Sebastiana" de Neruda

Que alegria!! uma vontade satisfeita:
à tempos tenho desejos de conhecer a Casa do poeta, escritor e ser pensante: Pablo Neruda, mas nunca havia tido oportunidade e agora que posso vou conhecer duas delas!!!

"La Sebastiana" que fica em Valparaíso, uma cidade portuária muito encantadora, que nos lembra cidades praianas, com toque de Minas e Paranapiacaba. Estava muito ansiosa pra ver de perto onde ele vivia e sentir um pouco dessa energia de tempos criativos, verdadeiramente criativos!

Posto um poema dele em homenagem a casa:




A ''LA SEBASTIANA''



Pablo Neruda






YO construí la casa.




La hice primero de aire.



Luego subí en el aire la bandera



y la dejé colgada



del firmamento, de la estrella, de



la claridad y de la oscuridad.




Cemento, hierro, vidrio,



eran la fábula,



valían más que el trigo y como el oro,



había que buscar y que vender,



y así llegó un camión:



bajaron sacos



y más sacos,



la torre se agarró a la tierra dura



-pero, no basta, dijo el constructor,



falta cemento, vidrio, fierro, puertas-,



y no dormí en la noche.




Pero crecía,



crecían las ventanas



y con poco,



con pegarle al papel y trabajar



y arremeterle con rodilla y hombro



iba a crecer hasta llegar a ser,



hasta poder mirar por la ventana,



y parecía que con tanto saco



pudiera tener techo y subiría



y se agarrara, al fin, de la bandera



que aún colgaba del cielo sus colores.




Me dediqué a las puertas más baratas,



a las que habían muerto



y habían sido echadas de sus casas,



puertas sin muro, rotas,



amontonadas en demoliciones,



puertas ya sin memoria,



sin recuerdo de llave,



y yo dije: "Venid



a mi, puertas perdidas:



os daré casa y muro



y mano que golpea,



oscilaréis de nuevo abriendo el alma,



custodiaréis el sueño de Matilde



con vuestras alas que volaron tanto."




Entonces la pintura



llegó también lamiendo las paredes,



las vistió de celeste y de rosado



para que se pusieran a bailar.



Así la torre baila,



cantan las escaleras y las puertas,



sube la casa hasta tocar el mástil,



pero falta dinero:



faltan clavos,



faltan aldabas, cerraduras, mármol.



Sin embargo, la casa



sigue subiendo



y algo pasa, un latido



circula en sus arterias:



es tal vez un serrucho que navega



como un pez en el agua de los sueños



o un martillo que pica



como alevoso cóndor carpintero



las tablas del pinar que pisaremos.




Algo pasa y la vida continúa.




La casa crece y habla,



se sostiene en sus pies,



tiene ropa colgada en un andamio,



y como por el mar la primavera



nadando como náyade marina



besa la arena de Valparaíso,




ya no pensemos más: ésta es la casa:




ya todo lo que falta será azul,




lo que ya necesita es florecer.




Y eso es trabajo de la primavera.




("La Sebastiana" - por Elaine)




De Chile, Elaine

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